viernes, 3 de junio de 2011

El cuento de la lechera

Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de la leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. << Como esta leche es muy buena >>, se decía, dará mucha nata.
Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado.
Con el dinero, me compraré una canasta de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas en la cintura.

Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa.
Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces, y al principio le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: “¡Así!”.
La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había hecho soñar.
Para reflexionar...
A diario se nos presentan grandes oportunidades de inversión, donde la mayoría de las veces las dejamos sólo en nuestros pensamientos sin tomar acción.
Una de las mayores excusas que nos ponemos, es que no tenemos dinero para aprovechar una oportunidad. Si ese es el caso, deberíamos pensar... ¿Como puedo juntar $$$ extras para hacer inversiones?
Para terminar tenemos dos opciones: vivir soñando como la lechera hasta que se nos caiga el cubo, o bien tomar acción como hacen los ganadores.

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